Hay muchas personas esperando que la situación económica mejore. Como argumenta Iñaki Gabilondo existe la creencia, demasiado extendida, de que esta crisis es un ciclo, una racha que pasará por si sola.
Que el mercado laboral está cambiando es una realidad que comprueban cada día las personas que buscan y, sobre todo, las que encuentran empleo.
El acudir a un servicio de Orientación Profesional con el ánimo bajo es algo habitual. Sin expectativas, ni información, ni la menor idea de cómo o cuándo encontrar trabajo.
Lo que parece que va contra la lógica es firmar un contrato y estar abatido por ello. Esto está pasando cuando vemos que entrevista tras entrevista el mercado laboral nos ofrece unas condiciones muy alejadas de las que teníamos en nuestro último empleo. Y finalmente tenemos que claudicar si queremos seguir comiendo cada día.
Oigo a Gabilondo concluir que la única verdadera solución será decirles a los ciudadanos que no somos lo que creíamos ser, que somos lo que estamos siendo ahora y que nunca volveremos a ser aquello sin una profunda transformación. Habla de cambios en la estructura educativa.
Oía días atrás a quien había aceptado resignadamente un empleo precario y un contrato basura que lo único que podía hacer era formarse mejor para salir de esa situación.
Y mientras eso tan impersonal que llamamos mercado de trabajo o la estructura educativa inicien o no cambios, qué bien hace esta persona planteándose hacer lo único que puede controlar y cambiar por ella misma: su formación.