miércoles, 27 de octubre de 2021

Enfoque sobre Orientación Profesional


¿Se puede tener una ideología política de derechas y orientar laboralmente a colectivos vulnerables?
Me ronda está pregunta desde hace mucho tiempo, e intento responderme con la sola observación directa. Es difícil.
Quizás dependa de lo que entendamos por Orientar, así que empezaré aclarando qué hacemos o deberíamos hacer quienes asesoramos a alguien que está en búsqueda de empleo.

Definir en qué quiere la persona que le ayudemos de manera precisa.
Para ello debemos conocer su punto de partida, es decir su perfil socioprofesional, sus competencias, su realidad en el espacio-tiempo, y por supuesto sus expectativas.
En base a todo esto estableceremos nuestra intervención que irá encaminada a facilitarle la toma de decisiones sobre los pasos a dar, así como la información que le ayude en el proceso; o bien información especializada o bien recursos formativos o de mercado laboral, o de estrategias de búsqueda de empleo.
Los verbos que deben indicar nuestra intervención deben ser: asesorar, informar, guiar, acompañar, entrenar, reforzar y motivar a la acción. 
Hasta ahora poco tiene que ver la política con todo esto, excepto en una cosa ¿Desde donde miramos a esa persona?
Sólo si consideramos al otro un igual podemos hacer ese tipo de intervención. 

En el momento que nos posicionemos en un peldaño superior y queramos que haga lo que bajo nuestros valores y prioridades "debe hacer" o en el momento que pensemos que tienen que trabajar en lo que sea, o si pensamos que son como niños pequeños, o si les culpamos se su situación de desempleo y nuestro pensamiento es "algo estarán haciendo mal" "es que no quieren trabajar" .... En ese momento estamos creyendonos superiores, justo igual que el señorito al jornalero, el noble al campesino, o la señora de la casa a su criada.
E intentando no caer día a día.

sábado, 23 de octubre de 2021

Ser entrenadora de baloncesto


Ser entrenadora de baloncesto es algo que pueden decir muy pocas mujeres, en la máxima categoría del baloncesto español, exactamente dos. Ambas de clubes del País Vasco, y esto no creo que sea casual.

En el resto de baloncesto femenino profesional o semi profesional, los números andarán igual. Que vivan total o parcialmente de entrenar un equipo, no les hace más o menos profesionales.
No dudo que la dedicación será mucha y quién trabaje, además, en otra profesión tendrá que dedicar horas del descanso a la tarea de preparar, estudiar y entrenar baloncesto.

En la base de la pirámide está el deporte escolar o categorías inferiores de clubes.
Aquí hay algunas entrenadoras en los equipos femeninos, y rara excepción en los masculinos.

A diferencia del entrenador de baloncesto, creo que pocas mujeres sueñan o aspiran a ser profesionales de este mundo. ¿Por qué? La posibilidad real de vivir como entrenadora de baloncesto es ínfima. Apenas hay mujeres  referentes, y cuando las entrenadoras jóvenes están finalizando sus estudios o empiezan sus carreras profesionales, el baloncesto se va acabando. El tiempo es finito y hay que priorizar.
En mis más de 20 años como Orientadora Laboral, nunca me ha dicho ninguna mujer que su objetivo profesional fuera ser entrenadora de baloncesto.

Y sí, tener bajo tú responsabilidad a doce niñas o adolescentes  es una gran responsabilidad, más aún actualmente que tenemos entre algodones a los menores.

 Quién hace esto sin la perspectiva de que pueda llegar a ser su medio de vida, lo hace por una fuerte motivación al deporte de la canasta.
Aprender técnica, táctica, preparación física, aprender a enseñar, a motivar a un grupo de personitas, considerar sus diferencias y con todo ello hacer un equipo, conlleva mucho esfuerzo, mucha dedicación y mucha ilusión. 

Aprender, aprender y aprender con la gran duda de si podrán seguir la temporada próxima entrenando. 
Como dice mi admirado amigo Francis Tomé, somos profesionales en todo menos en el sueldo.


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