En este discurso de agradecimiento por la medalla de Honor del Parlament que recibe, Pep Guardiola hace referencia a dos aspectos que me parecen fundamentales en el ejercicio profesional, sea cual sea la profesión que ejerzamos.
Habla de la importancia de sentir lo que hacemos, de encontrar un momento, un instante que le dé sentido a nuestra profesión. De la pasión por su oficio. Y de cómo lo que ha aprendido del deporte le hace ser la persona que es: “He aprendido que los reproches y las excusas no sirven absolutamente para nada”
“Lo que sé, lo que he aprendido, lo he aprendido de otros: de mis entrenadores, de mis compañeros, de mis jugadores”, es decir, compartiendo.
Encontrar esos momentos que le den sentido a ir cada mañana a nuestro lugar de trabajo y poder aprender y compartir lo que sepamos o los conocimientos que vayamos adquiriendo es un lujo.
Si quienes nos dedicamos a la Orientación Profesional, en concreto, o a la atención en general de las personas desempleadas, pudiéramos hacer igual que Guardiola (irnos cuando no sintamos que aportamos algo, cuando estamos agotados y no somos capaces de motivar, cuando estamos vacíos, como él comenta), si pudiéramos dar un paso atrás… sin miedo al desempleo, qué bueno sería para quienes acuden a nuestros servicios.
Igual, éste es el motivo por el que los servicios y los diferentes programas de atención a las personas en desempleo se cortan desde las Administraciones Públicas, para que no nos pase como a Pep Guardiola.